Ahí va mi dedicatoria de hoy...
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Hoy quiero dedicarle esta entrada a María.
El otro día mientras Ana y yo tomábamos café salió el tema de la amistad. Y yo pensé en ti. Ya sabes que hubo un tiempo en que dejé de creer en la amistad y quiero darte las gracias. Gracias por hacerme volver a creer en la mejor amiga, en los consejos buenos y (como tu me dijiste una vez) en una persona que nunca te hará daño conscientemente. Confío en ti porque sé que estarás ahí cada vez que lo necesite, igual que sabes que yo lo estoy.
En esa conversación hablamos de distintos tipos de amistad; los conocidos, los colegas y las profundas. Desde mi punto de vista tu estás, o alguna vez has estado, en todos esos tipos de amistad:
- Algún día fuiste sólo conocida.
- Eres mi colega en los días de fiesta.
- Y eres la persona con la que abro mi corazón.
Ahora me acuerdo de las noches que nos quedamos solas, en La Callecita, hasta las tantas de la mañana hablando, riendo y donde siempre acabamos llorando… Son momentos que de vez en cuando apetecen, son necesarios. Hace ya algún tiempo que no hablamos a solas, de lo bueno y de lo malo, de ti y de mi, y ya lo hecho de menos.
Supongo que sabías todo lo que te acabo de decir, pero hoy necesitaba recordártelo por si te quedaba alguna duda. Quiero que sepas que siempre estaré ahí, solo tienes que llamarme (si puede ser mejor a mi casa, que sabes que el móvil lo tengo de adorno), que vales mucho como persona, pero mucho más como amiga.
¡¡¡QUE SUERTE TENGO DE TENERTE COMO AMIGA!!!
Un beso.
Rián
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